miércoles, 12 de junio de 2019

BASURA ESPACIAL

Buenas tardes a todos.

No solamente tenemos el problema de la acumulación de residuos y basura en nuestras ciudades, campos, ríos, playas y mares...y un largo etc.

Como vamos a ver en el siguiente artículo, el ser humano es capaz de contaminar también ...el espacio.



 


Cuando en 1957 Rusia lanzó el primer Sputnik, al parecer nadie se preocupó por lo que pasaría con los satélites cuando se les acabara el combustible, sufrieran un accidente o, simplemente, cuando dieran por finalizada su misión.

Tras 60 años de carrera espacial y más de 7.000 aparatos enviados al universo tenemos un verdadero vertedero flotante que da vueltas alrededor de la Tierra.

En total 7.000 toneladas de chatarra vuelan por encima de nuestras cabezas.

Lo peor de todo es que en ocasiones estas "basura espacial" cae a la Tierra reentrando en la atmósfera terrestre he impactado en ella.
La NASA ha registrado una media de una pieza caída cada día, entre 50 y 100 toneladas al año. 
Casi siempre en el mar, que ocupa un 71% de la superficie terrestre   o en zonas poco pobladas como la tundra canadiense, el desierto australiano o Siberia. 


Sin daños personales  documentados, el riesgo que entrañan estos desperdicios volantes tiene mucho más que ver con lo que ocurre arriba que con lo que ocurre abajo.

Cuantos más satélites se envían arriba más chatarra se genera, poniendo en peligro la seguridad de los nuevos aparatos lanzados como la vialidad de futuras misiones.

Muchos países como Reino Unido, Japón, Estados Unidos o la Unión Europea han elaborado programas de seguimiento de los objetos enviados, localización de viejas naves y alerta de posibles colisiones.
Su primer objetivo es detectar la basura espacial. Y el último será deshacerse de ella.

Para evacuar el espacio de satélites muertos, los operadores espaciales deberían de reservar combustible suficiente para devolverlos a la Tierra una vez finalizada su vida útil. 
Pero, como suele ocurrir con las normas, estas muchas veces no se cumplen.

Por su cercanía a nuestro planeta, la gravedad terrestre hace que vuelvan a la tierra, desintegrándose antes de tocar suelo terrestre dibujando una bola de fuego en el aire, pero a veces pueden colisionar en ella.




En fin, ya lo decía Asterix el galo hace  siglos; y también lo predijo en el 2006 Chiken Little:


" A lo único que tengo miedo es a que el cielo se desplome encima de mi cabeza"




Un saludo desde Planeta Azul.

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