Quizás el título de este artículo lleve a engaño.
No queremos animar a nadie a fumar, si no todo lo contrario.
Bastantes malos humos tenemos alrededor del planeta.
Hoy nos fijamos en las colillas de los cigarrillos y como siendo un residuo más, afea nuestras aceras, parque, ciudades y...naturaleza.
Aquí van los datos:
De los 6 billones de cigarrillos que se fuman al año en el mundo, 4,5 billones acaban tirados en espacios públicos.
Según el informe de la ONG Ocean Conservancy de 2017, las colillas suponen el 13% de los residuos del mundo.
Su ligereza les lleva a recorrer miles de kilómetros, por lo que son capaces de contaminar diferentes sistemas y perdurar entre 10 - 20 años hasta su total degradación.Aunque muchas acaban en el mar arrastradas por el agua de los ríos, las zonas urbanas están muy afectadas por este tipo de contaminación. No solamente por la tarea ardua de recogerlas, que supone un gran gasto económico sino por los atascos de sumideros y alcantarillas.
Aunque, la educación es la herramienta más poderosa y se debe d trabajar para concienciar a las personas de no tirar las colillas al suelo y menos encendidas a la naturaleza.
Todos disponemos de las herramientas necesarias para solventar el impacto de nuestras acciones negativas en nuestro entorno,...solo debemos de utilizarlas.
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